Machado

"Caminante, son tus huellas el camino y nada más; Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace el camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante no hay camino sino estelas en la mar". Machado.

miércoles, 17 de abril de 2013

BENICADELL (1.104 m.) POR LA CANAL

SUBIDA POR LA CANAL 


FICHA TÉCNICA-

DÍA: 17/04/2013.
PARTICIPANTES: Vicente, Julián y Lourdes.
TIEMPO ESTIMADO: 7 horas y media.
DISTANCIA: 21 Km.
DIFICULTAD: Media en cuanto a problemas técnicos, pero si valoramos el esfuerzo físico es alta. El Barranco de la Canal se puede comparar en desnivel al Puig Campana. De 570 metros hay que subir a la cima del Benicadell a 1.104.
PR-CV 213, las variantes 213.3, 213.4 y un tramo 222.
MAS INFORMACIÓN- http://www.beniatjar.es/es/sites/beniatjar.portalesmunicipales.es/files/mapa-autoguiado.pdf
PUNTO DE INICIO: Por la autovía Alicante-Alcoy  la salida en Muro, continuamos hasta Beniarrés y cruzamos el puerto hacia el valle de Albaida. Llegamos a Castelló de Rugat y el primer Stop a la izquierda. A dos bocacalles ir a la izquierda. Dos kilómetros hasta Ràfol de Salem.

ITINERARIO:
Ràfol de Salem - El Calvario - Ermita de Sant Blai -El Portet -Casa Forestal les Planisses - Collado de la Cova - Marjaletes - Pedrera - Barranco de la Canal - Benicadell - Pou e higuera del Benicadell - Nevero del Benicadell - Pista de Planisses a la Font Freda -Casa Peñalva - Casa Tía Brígida -Les Fontetes de Beniatjar - El Portet -Ermita de Sant Blai -Calvario - Ràfol de Salem.



La Sierra de Benicadell  está vinculada a la figura del Cid, ya que este legendario caballero castellano fortificó un castillo árabe existente en las alturas de esta sierra en el año 1.092. El "Cantar del Mio Cid" cita estos bellos parajes con el nombre de Peña Cadiella.
El elegante filo de su cresta cimera define la alineación de la sierra, divisoria natural entre las comarcas del Comtat y de La Vall d´Albaida y artificial frontera provincial entre Valencia y Alicante, destacando nítidamente en el paisaje con sus abruptas laderas sobre amplios valles abiertos al pie de sus vertientes, tierras agrícolas, coloristas y cautivadores paisajes humanizados dibujados por la historia del hombre sobre la tierra. 
La cara sur-este de la Sierra del Benicadell.

Benicadell es una de nuestras montañas reconocibles a distancia y por sus distintas vertientes, visible su vigorosa silueta con fuerza en el paisaje. La disposición de barrera de la sierra, de orientación aproximadamente poniente-oriente deja contrapuestas dos vertientes: en su cara sur, exposición solar; y en su cara norte, la  umbría, factores que, con el relieve y la altura, diversifican los ecosistemas en espacios vegetales considerados como una de las reservas de la biodiversidad mediterránea más importantes de nuestra Comunidad, un santuario botánico que hay que percibir con todos los sentidos. A salvo del acoso depredador de las urbanizaciones, Benicadell reposa de la secular presión antrópica y rehace su cubierta vegetal tras los incendios de décadas atrás. En la actualidad, la sierra en sus dos vertientes ostenta la merecida consideración de Paisaje Protegido, titulado por la Generalitat y que supone un reconocimiento institucional al patrimonio natural de la sierra y un compromiso ante la sociedad por conservar su pureza. 
Cara norte o umbría del Benicadell.
Algunos relevantes testimonios patrimoniales de la sierra: la cova de l´Or, el más importante yacimiento del Neolítico Valenciano; la cova Negra; las pinturas rupestres del barranc de la Carbonera; torres y castillos de origen islámico; las neveras, en especial la de la cima; los caminos, abancalamientos, casas, aljibes, fuentes… La profunda huella, en suma, del milenario paso del hombre por estas tierras.





RUTA:
Aparcamos al lado del Calvario de Ràfol de Salem. Alguno se pone las botas y los demás "decidimos" ir con zapatillas. Menudo despiste, pero podía haber sido peor y solo tener chanclas. Al regreso pasará como la anécdota divertida del día, hemos regresado de una pieza.
Hay un poste señalizador que indica hacia el Benicadell, el PR-CV 213.4, subiendo entre pasos encalados en blanco del Vía Crucis llegamos a la Ermita de Sant Blai, cuenta con un pequeño merendero con una fuente muy fresquita y desde su explanada se tienen preciosas vistas del pueblo.




En ascenso por medio de un precioso bosque de pinos, algarrobos... y muchas flores vamos avanzando entre el sombrío de la sierra encantados con este sorprendente bosque y esta senda de herradura tan bien conservada. 

Alcanzamos el Portet, a 488 m. de altitud. Aquí transcurre una pista de tierra, nosotros nos dirigimos a la izquierda pero en la primera curva hay que tomar la bifurcación a la derecha, con señales de PR-CV 213. La senda continua igual, estrecha y frondosa. Hemos leído que se salvó de la quema de 1994. Menos mal que queda algún reducto de flora y arbolado para poder disfrutar de él.

La siguiente bifurcación  nos señala, a la derecha, Les Fontetes, a la izquierda, a la Casa de les Planisses. Dudamos porque hemos cogido los datos a unos senderistas que hicieron la ruta por la canal y aquí se desviaron a Les Fontetes, pero el GPS nos dice que a la izquierda así que con buen criterio vamos por esta última.
Es una pista más ancha pero igualmente hermosa en cuanto a arbolado, hierba y flores. A todo esto se añade las vistas que vamos teniendo a nuestro este, a la sierra del Castellet de la Barcella, de la Solana, de la Cuta, a la Safor, y  enfrente a  la estampa montañera de la cara norte del Benicadell.


Llegamos a la Casa Forestal de Planisses. Hay un desvío para Les Fontetes, PR-CV 213.2, y nos recomendaban pasar a visitarla. Bajamos un trecho, pero como vemos que queda lejos y la vuelta está prevista por ahí, rehacemos el camino y regresamos al lado de la inmensa Casa de  Planisses, blanca y flanqueada por varios grandes ejemplares de ciprés. Continuamos por la pista, hay que traspasar una barrera que impide el paso de vehículos y continuar.
El primer cruce se toma a la izquierda, en poco tiempo nos elevamos sobre el Collado de la Cova, casi a 800 m. de altitud. 
Atentos a un cartel de madera donde pone "Marjaletes". Se coge en la dirección señalada por la flecha, por la senda evidente y vamos rodeando la cara este del Benicadell. 
Primero descendemos-llaneamos-ascendemos suavemente, paramos en el Mirador de les Marjaletes, pero enseguida baja bruscamente hasta convertirse en una larga pedrera. Las vistas se abren al pantano de Beniarrés, la Almudaina, la Serrella, Aitana.....el día está un poco brumoso y se ven las siluetas de todas las cimas superpuestas.

Vertiginoso descenso que nosotros intentamos evitar bajando rectos en algún tramo, dado el rudimentario calzado que hemos traído y que causó alguna que otra caída pero sin mayor importancia. Pero es que saber la teoría es muy diferente a  ponerla bien en práctica.
Acaba el descenso y estamos 580 m. de altitud. Hay unos hitos que nos hacen girar hacia arriba. 
Aquí comienza la subida del Regall de la Peña.
Estamos dentro de la canal, un collado herboso entre dos paredones. El de la derecha parece pequeño, pero es el principal, es el principio de la crestería que llega hasta la cumbre del Benicadell. Lo vemos adquirir más consistencia, hacerse más abrupto y rocoso conforme subimos.

 El ascenso, sin concesiones. Algo más de 1 kilómetro escabroso, partimos de menos de 600 m. y tenemos que llegar a  1.104 de altitud, casi nada. Desniveles del 55% en algunos tramos. Recuerdo en ese momento la comparación con el Puig Campana, y  se han quedado cortos. Hemos subido cuestas en el Pirineo y este itinerario se puede equiparar perfectamente a alguno de ellos. También por la sobrecogedora belleza de los desfiladeros interminables. Parada para beber  y tomar unos frutos secos.

Seguimos la trepada con la ayuda imprescindible de los bastones, en algunos momentos vamos casi en vertical. A esto se añade el día tan caluroso que tenemos. Gracias a las gafas de sol y las gorras evitamos el sol en la cabeza, pero pega con ganas Lorenzo. Llegamos al final de la pared de la izquierda que muere en un collado espectacular. Aquí se nota un poco la brisa y recuperamos el resuello. Menudo balcón al sur-este de la sierra. Todo Alicante a nuestros pies, y parte de Valencia.

Las vistas a todo el Comtat son fabulosas, el día sigue con nebulosas, pero estas desconocidas panorámicas de las sierras circundantes y del paredón de la derecha que en vez de extinguirse aumenta sus afiladas peñas con dirección al cielo.



Desde aquí contemplamos el segundo tramo de la canal, a la izquierda nace una nueva pared, y es tan inclinada o más que la que hemos superado. Tiene una pedrera enmedio, pero nosotros nos escoramos un poco hacia su derecha y por una vereda vamos alzándonos sin prisa, observando la variedad de especies florales, sobre todo un ramillete, parecen tutus de bailarinas.




Poco a poco, descubriendo en cada rincón una nueva especie de flora, mirando hacia delante y virándonos para no perdernos detalle de la inmensidad de esta sierra,  vamos ganando altura y venciendo el desnivel. Llegamos a una zona donde hay varias carrascas, después de sobrepasarlas llegamos a un segundo collado o mirador, desde aquí vemos a la izquierda los valles y cimas que nos rodean y a la derecha la cumbre del Benicadell y la ruta bien marcada por pisadas de anteriores montañeros que nos llevará hasta el Pouet y la Higuera del Benicadell.





Paramos un poco a contemplar y respirar y afrontamos el último tramo, ya no tiene exigencia en cuanto a desnivel  (nosotros recordamos que una vez comíamos en el collado debajo de la cima, enfrente, y nos pareció un paso peligroso) y pegados a la pared, debajo de la cima,  por la cornisa nos situamos en poco rato en el collado de la cumbre. Nada, ningún problema ni técnico, ni físico.
Último tramo, debajo de la cima del Benicadell, desde el comienzo y el final.


Es ya hora de comer, tranquilamente nos disponemos a recuperar fuerzas. Y sobre todo a tomar líquidos. Bajo la pequeña sombra de la higuera, todavía no tiene hojas, comienza a salir algún brote, nos sentamos a disfrutar de la meta conseguida.
Después de comer vamos  a la cima, parece que con zapatillas resbala un poco la piedra, así que los muchachos tendrán que llegar solos. Desde esta improvisada atalaya contemplamos el Valle de Albaida, algo difuminado por la niebla y el Valle del Comtat. Valencia y Alicante ¡¡Que vistas tan magníficas!!!

 
  


Desde aquí vemos la ruta de regreso planeada, vamos a bajar por la cara norte. Pero queremos ir a ver la nevera, así que cuando vemos el cruce para abajo, PR-CV 213.3,  lo desechamos siguiendo rectos hacia el oeste, para visitar el Pou de la Neu del Benicadell. Es parte del PR-CV 222 que desde la cima del Benicadell se dirige hasta el pueblo de Adzeneta de Albaida. La nevera tan bien conservada, como siempre de impresionante, vistas fabulosas al tramo recorrido a ambos valles y sobre todo que bien se está sentado en sus ventanas, que fresquito, aquí somos más conscientes del calor que hace hoy. Así es la primavera.




Volvemos hasta el cruce, PR-CV 213.3,  y vamos bajando por la espectacular senda que en principio tiene una fuerte curva hacia la derecha y luego transcurre entre varios zigzags que nos va desmontando de la cresta de la sierra. 


Ya despreocupados por el calzado que llevamos, esta bajada no tiene ningún peligro. Marchamos rápidos entre mucha vegetación, es la umbría del Benicadell. Hay durillos en flor, carrascas florecidas, madroños con frutos verdes, algún pino que quedó malherido de los incendios, una zona con helechos debajo de un paredón en forma de sester. Y muchas flores.
Llegamos al cruce, nos incorporamos al PR-CV 213 dirigiendonos a la izquierda. Por una pista de tierra tenemos preciosas vistas de toda la sierra a nuestras espaldas y hay muchos arboles floridos y con tiernas hojas de antiguos bancales ya abandonados. 
En el cruce siguiente a la derecha pone dirección a les Fontetes. Lo seguimos para colocarnos en poco tiempo en un túnel de arboles frutales, almendros, manzanos... es la Casa Peñalva, enorme casona abandonada y invadida por las hiedras, pero su planta majestuosa nos da una idea de su tamaño e importancia hace décadas.

A partir de aquí los mirtos, jaras, romeros se apoderan de la sierra, las laderas están rosáceas de la cantidad de arbustos que hay. La primavera está en nuestras montañas, valles, pueblecitos, hay que salir a visitarlos, a pasearlos, cada uno en función de sus gustos y posibilidades, pero el Valle de Albaida está en su punto de sazón para disfrutarlo con todos los sentidos: olores, colores, sonidos..

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Llegamos sobrepasando por debajo la casa de la Tía Brígida, a Les Fontetes, precioso merendero con cipreses centenarios, con vistas a la sierra y una fuente fresquísima de agua que nos sirve para reponer las escasas reservas. Hemos tenido de nuevo mucha suerte con el avituallamiento.


Desde la fuente sale una pista a la derecha que nos llevaría a les Planisses,PR-CV 213.2, la hemos andado a la mañana un trozo, la desechamos. Sale una a nuestra izquierda a Beniatjar, PR-CV 213.1,  también la dejamos y seguimos por la pista de enfrente para llegar al cruce de esta mañana, vamos a la izquierda. Llegamos al Portet y tomamos dirección a Ràfol, la ermita de Sant Blai, el Calvario y hasta el coche.
Ruta altamente recomendable, combina sendas frondosas con alto nivel montañero, sin peligros destacables. Volveremos.
Es el perfil desde la Casa de Planisses. Corriendo.

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