Machado

"Caminante, son tus huellas el camino y nada más; Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace el camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante no hay camino sino estelas en la mar". Machado.

miércoles, 1 de mayo de 2013

ALT DE LES CREUS (542 m.), PUNTAL DE MASSALARI (602 m.)

RUTA LÚDICA-REIVINDICATIVA: MAS SALARI, MAS TRABAJI


FICHA TÉCNICA-
Día: 1/05/2013
Participantes: Vicente, Susi, Julián y Lourdes.
Tiempo estimado: 6 horas.
Distancia: 16 km.
Dificultad: Media.
PR-CV 38, 40.
Punto de inicio. Por la autopista A7, salir en Tavernes de la Valldigna, por la CV-50 hasta el pueblo y girar hacia la derecha para encontrar el inicio de ruta en la calle Castellets, donde parten los PR-CV 38, 39 y 40.

ITINERARIO:
Tavernes - Canal de la Defensa  - Senda dels Amoladors - Pla de la Sangonera - Fuente de la Sangonera - Cima del Puntal de Massalari - Fuente de la Sangonera - Casa del Herbolari - Horno de Cal - Pla de les Creus - Alto de les Creus - Mirador - Fonteta de Cantus - Tavernes.




La Valldigna está situada al sudoeste de la provincia de Valencia, entre los sistemas Ibérico y Bético. Es una comarca natural a la cual pertenecen los pueblos de Simat, Benifairó, Tavernes y Barx. Los tres primeros ocupan el valle propiamente dicho, mientras que Barx está situado en una llanura elevada.
Destacan las sierras del Buixcarró, el Macizo del Mondúber y la Sierra de la Corbera.
Podemos llegar por la costa (nacional-332, Autopista A7) desde Alicante o Valencia, o por el interior (nacional 332) desde Alzira.
Como su propio nombre indica, se trata de un valle completamente cerrado por montañas, excepto por el este, por donde se abre al mar, y está atravesado por el río Vaca, que lo recorre completamente hasta desembocar en el límite con Xeraco. 
Esta especial orografía configura el carácter diferenciado de la Valldigna, y la fuente de su belleza: el contraste que produce la unión íntima del mar y de la montaña en un breve espacio de kilómetros. Junto con esta peculiar condición geográfica, la Valldigna mantiene el carácter valenciano y mediterráneo que ha marcado su peculiaridad.
Desde Tavernes se observan las Tres Cruces en la Sierra de Corbera. Y las vallas protectoras del pueblo .

Tavernes tiene a sus espaldas la Sierra de Corbera donde se pueden realizar multitud de excursiones. La Senda de les Creus te encarama en un mirador irrepetible encima del pueblo, tres cruces se encuentran en su cima. Se puede llegar a ella desde les Fontetes de Cantús o desde la Senda dels Amoladors, sendero serpenteante que debido a las recientes lluvias había sufrido desperfectos en sus tapias y ha sido recientemente rehabilitado por el Grupo de Montaña Valldigna de Tavernes y el Ayuntamiento. Han recuperado una senda histórica de herradura realizada con la técnica de piedra seca, roca calcárea encajada una con otra sin usar ningún otro material, cuya forma de construcción ha pasado de generación en generación.



RUTA:
Celebramos el día 1 de mayo según una tradición del pueblo de Tavernes de la Valldigna, subiendo al Alt de les Creus, pero por si acaso hay demasiados excursionistas haremos la ruta en dirección  contraria a la marcada. No cabe duda de que tenemos espíritu de contradicción.

Primero vamos a recorrer el ramal del PR-CV 40, que transcurre por encima del pueblo, paralelo al muro de defensa que recorre la ciudad de un extremo a otro por la zona alta, ofreciendo vistas panorámicas de la población y de parte de la Valldigna. 
El camino está embaldosado y en su lado derecho tienen un gran canal y unas barreras de hierro protectoras. Al principio no sabemos la función de ambas, pero luego leemos que se denomina Canal de Defensa y viendo los inmensos farallones que tienen sobre sus cabezas los vecinos del pueblo, comprendemos su función protectora, uno es para recoger el agua, no les caiga en tromba y  se los lleve a todos por delante; y  las vallas de hierro para que no caigan rocas, ya que la montaña está muy erosionada y con frecuencia se producen derrumbes.
Continuamos por el mismo camino que discurre paralelo a la canal, hay muchos vecinos paseando perros y pasan excursionistas en dirección contraria  a la que llevamos nosotros. 
Vemos la Iglesia de San Pere, al fondo, que era punto de reunión de la subida a Les Creus y nosotros continuamos de frente.
Más adelante, nos encontramos un cruce con una señal vertical que nos indica el PR – CV 40, Camí dels Borregos, zona de escalada por un lado y Senda dels Amoladors, Font de la Sangonera, por el otro. En este punto, el PR–CV 40 toma la dirección del Camí dels Borregos como principal y nosotros la desechamos.
Continuamos por un ramal que busca conectar con el PR–CV 38. Algo más adelante termina el camino de tierra y también se acaba la Canal de la Defensa. Tomamos una senda que viene a continuación del final del camino, bajamos al principio un poco, para después continuar llaneando, dando un rodeo por la loma con vistas al pueblo de  Benifairó, Simat y la sierra del Toro que está a sus espaldas. En este punto existe una señal donde indican dos direcciones, PR–CV 38, podemos considerar pues que el sendero comienza en este punto aunque para llegar a él hay que hacerlo a través del PR–CV 40.
El tramo continua, nos conecta con un camino ancho que asciende junto a los bancales de naranjos. Unos minutos después de coger este nuevo camino termina en unas ruinas de unas construcciones que eran un campo de tiro. Aquí iniciamos la Senda dels Amoladors, camino histórico según nos marca una señal vertical. Este sendero de herradura comienza justo en el cauce de un pequeño barranco que finaliza en lo alto de la sierra. Ascendemos por el  Barranc de la Penya Roja. El principio la senda discurre por su lado izquierdo.
Senda dels Amoladors, desde su parte alta se ve el camino serpenteante.
Unos minutos después de tomar el sendero nos encontramos una señal vertical que nos indica Fornet del Moro, a nuestra derecha, singular formación geológica que se asemeja a un horno de leña, y también se puede acceder por ahí a una zona de escalada. La desechamos y continuamos hacia la izquierda. La ascensión dibuja un bonito  zig–zag. Pasamos al lado de unas escalerillas de inicio de la vía ferrata, que suben a la Peña Roja que dejamos a nuestra izquierda.
Con curvas sinuosas, sin mucho esfuerzo, vamos ganando altura y cruzamos el curso del barranco para pasar al lado derecho. El camino se retuerce en numerosas revueltas para salvar al desnivel del terrenos sin acometerlo de manera brusca. Cuando llevamos algo más de la mitad de subida de esta vertiente nos encontramos de nuevo otra señal vertical que nos indica PR–CV 40 Camí dels Borregos, este es el final del PR., si hubiéramos tomado esta subida desde el Canal de Defensa.                         Seguimos remontando el barranco por este precioso camino que dibuja un trazado serpenteante, que mantiene una pendiente cómoda para la ascensión. Hay que señalar que el camino está muy bien conservado, sus muros de piedra seca sustentan la caja del camino, en algunos casos este muro supera los dos metros de altura. Vienen otro grupo de senderistas detrás y también nos cruzamos con algún otro que ya regresa de la montaña.

  
Llegamos a un llano o meseta  donde se sitúa un punto llano del recorrido, es el Pla de la Sangonera. Hay una casa en ruinas y tapias de bancales abandonados. Llevamos sobre una hora y media de recorrido. Ahora tenemos dos opciones para dirigirnos a la Font de la Sangonera, una por el Oeste, la más larga, y otra por el Norte, algo más corta. Nosotros tomamos la primera,  por un camino que va llaneando por una zona de vegetación arbustiva, con antiguas tapias donde habría  bancales de frutales hoy desaparecidos.  Llegamos a una pista donde muere la senda,  tomamos dirección  izquierda.
 Continuando por ella unos cinco minutos  vemos un rebaño de cabras en mitad del camino que no se inmutan a nuestro paso. Desde esta zona vemos el valle de Aigües Vives, que recorrimos en la Ruta de los Monasterios, se ve muy verde. Encontramos una señal vertical que nos indica que continuando por la pista vamos hacia Benifairó y la Font del Barber;  y  si giramos a la derecha vamos hacia la Font de la Sangonera ( o Fuente de la Sanguijuela) y al Puntal del Massalari, que es la dirección que nos interesa. Después de unos diez minutos por esta nueva pista  llegamos a un alto donde se unen las dos variantes hacia la Font de la Sangonera.  Llegamos entre un bosque de pinos hasta la  font de la Sangonera. 



Todavía hay poca gente, algunos almorzando. Nosotros decidimos ascender al Puntal del Massalari, hacia la izquierda, por un sendero que el principio va por una vaguada con pinos y alguna higuera,  para después entre plantas de romero y mucha vegetación baja sube para buscar la divisoria que asciende hasta el pico. Preciosas vistas a Cullera, los arrozales están rosados, y el mar de un azul intenso. Vemos el Puntal dels Germanells y la Ratlla. Y hacia el norte se ve Alzira, les Agulles y todo el cordal de la sierra. Hacia el Sur destaca el Montdúber,  y el Montgó está hoy algo difuminado entre las brumas. Espectacular mirador donde reponemos fuerzas y tomamos líquidos.
A sus espaldas la Ratja.

Retornamos por el mismo sendero hasta  la Font de la Sangonera. Ya ha llegado más gente al merendero y en la fuente unos chiquillos intentan cazar renacuajos, pero la misa de 12 que venía en el programa no ha comenzado. 

Tomamos dirección al Alt de les Creus por el sendero que en dirección SE va perdiendo altura. Vemos en la loma de enfrente, que vamos a subir ahora, una serpiente multicolor. Van llegando los últimos romeros a la fuente para la misa de 12 y la posterior comida.
Tropezamos con excursionistas hasta llegar a la casa del Herbolari, en este punto se une el camino que venía del Pla de la Sangonera sin pasar por la fuente, hacia la derecha. Nosotros vamos hacia la izquierda.
Enseguida, una señal vertical nos muestra el enlace de este sendero con el PR–CV 39, que continua hasta la fuente de la Granata, pero nosotros  decidimos continuar dirección al Alt de les Creus, ahora en sentido ascendente. Al poco de dejar la casa del Herbolari podemos ver a nuestra izquierda los restos de un horno de cal. Seguimos la ascensión-procesión, pero ya solo queda algún rezagado. Llegamos a otra meseta con restos de corrales en ruinas, estamos en el Pla de les Creus, lugar donde existe un cruce de caminos desde el cual tenemos la opción de dirigirnos rectos a les Fontetes de Cantús y a Tavernes sin pasar por el Alt de les Creus. 
Nosotros nos dirigimos hacia la derecha, extrañados de que las cruces no se vean todavía. El terreno es lapiaz, muy erosionado y eso nos obliga a caminar con cuidado,  hasta coronar la cima de l’Alt de les Creus, con vértice geodésico. Desde aquí se pueden observar las tres cruces que se encuentran encima del pueblo. Mirador fabuloso de toda la Valldigna, del mar y de las montañas de enfrente, el macizo del Montdúber donde destaca su cima con sus enormes antenas. Hay mucha gente en la cima, algunos dicen que no van a la Sangonera, otros comentan que no van a volver más, están con niños y no se cómo han podido llegar hasta aquí. El sitio es fabuloso, atalaya imprescindible de visitar y difícil de abandonar. ¡Se está de gloria!.

Desde este punto seguimos la dirección que nos indica la señalización vertical hacia la derecha, a les Fontetes de Cantús. Vamos descendiendo por el marcado sendero entre vegetación baja y alguna carrasca, hasta encontramos en un llano el cruce de caminos de la variante que hemos comentado antes que va directamente hacia Cantús sin pasar por las Creus. Desde aquí, de nuevo el sendero va perdiendo altura poco a poco. Nos precede una madre con su hijo de unos 3 añitos y descienden poco a poco, con explicaciones de hormigas, carrascas... así que nos da tiempo de disfrutar del paisaje y de aprender algo con  las explicaciones de la "maestra".
Llegamos a otro cruce donde hay una señal vertical que nos indica la posibilidad de enlazar con el sendero PR–CV 39 que viene de la izquierda. Ha recorrido la loma pero por la cara este, con vistas al mar en todo momento.

Desechamos el cruce y continuamos rectos por una vereda muy cómoda en el Alto de Rafael. Giramos hacia la derecha para tomar un camino de montaña con piedras de gran tamaño y bastante empinada por donde descendemos en zig–zag viendo las inmensas moles pedregosas que hemos recorrido por su parte alta.
Seguimos avanzando por algunos tramos con escalones altos hasta la base de los murallones rocosos y tras cruzar una zona de grandes bloques desprendidos llegamos a Fontetes de Cantus.




La fuente surge de la roca, tiene un caudal muy pobre pero suficiente para calmar la sed del niño que llevabamos delante. Encima de ella se encuentran les Covetes de Cantús o los abrigos de Mossen Ricardo. El sendero  va descendiendo, pero no dejamos de girarnos para ver la grandiosidad de la sierra que tenemos a nuestras espaldas.
Desfiladeros y rocas que hacen  equilibrios para no precipitarse al vacío. No siempre lo consiguen.

 

El descenso después de la fuente es a través de un cómodo y sombrío sendero.

Sobrepasamos un desvío a las ruinas de Els Castellets. Se ven desde el camino, dice que son restos de castillos íberos. Desde este punto podemos acceder a dichas ruinas pero hay que tener en cuenta que no está señalizado ningún trayecto y que no hay rastros evidentes para seguir hasta las ruinas. 
Seguimos el descenso hacia la población de Tavernes, ahora por una zona de pinada, pero donde la piedra suelta hace la bajada más delicada. Sobrepasamos un depósito, una valla protectora y ya muy cercana la canal de la defensa punto de cierre del circuito. 
Vallas para protegerse de las rocas.

Nos ha sorprendido la zona tan montañera y pedregosa de la Fonteta de Cantús. Es un recorrido que desciende desde los 600 metros de Massalari hasta los 0 metros de altitud. No es un paseo cualquiera, porque tiene su nivel de exigencia. Destacar el espectacular camino de herradura de la Senda dels Amoladors.
Una buena comida en Tavernes y de allí visitamos la Font de la Fontarda, el monasterio de Santa María de  Simat de la Valldigna y recorremos por la carretera de Barx a Simat, el valle de Barx, contemplando los estragos del último incendio en la Peñalba.
Castillo de Alfandec.

Fuente de la Fontarda.

Monasterio de Simat.

Entre Barx y Pinet.

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