Machado

"Caminante, son tus huellas el camino y nada más; Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace el camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante no hay camino sino estelas en la mar". Machado.

sábado, 1 de noviembre de 2014

DESDE LAS FUENTES DEL ALGAR AL PAS DELS BANDOLERS Y BARRANCO DEL CURT

CIRCULAR ENTRE LAS SIERRAS DE BERNIA Y FERRER


FICHA TÉCNICA-

Día: 1/11/2014
Participantes: Julián y Lourdes.
Tiempo estimado: 7 horas.
Distancia: 18 km.
Dificultad: Alta.
Punto de inicio:
Desde la autopista A-7 tomar la salida Benidorm/Callosa d'Ensarria. Dirigirse hasta Callosa. En la rotonda a la derecha, hacia Bolulla. A 2 kilómetros aproximadamente, a la izquierda está el cementerio, nosotros nos dirigimos a la derecha. Aparcamos antes de atravesar el puente sobre el río Algar, al lado del restaurante La Cascada.
Callosa d'en Sarria/Restaurante La Cascada - Río Algar - Casa Pons - Racó del río Sacos - Pas dels Bandolers - Barranco del Curt - Foia del Pí - Col de l'Orenga o Col de Xaló - Fort y Font del Bernia - Pou -Corral del Bancal Roig  - Cueva del Bardolet - Restaurante la Cascada.


Bernia, de orientación NW-SE, es una sierra compartida por Altea, Callosa d'En Sarriá, Calpe, Benissa y Xaló y que, como la columna vertebral de un gigante mitológico, divide la Marina en Alta y Baja. Desde Callosa d'En Sarriá hasta llegar al mar, en la frontera entre Altea y Calpe. La afilada crestería de Bernia mantiene un rumbo constante y en ella contrasta la sencillez de su forma con su complejidad geológica.


Bernia, de nueve kilómetros de longitud, es perpendicular al Mediterráneo donde cae en picado por el agreste Morro de Toix y forma parte del Prebético meridional de la cordillera Bética. Sus impresionantes acantilados y desfiladeros, como el del Mascarat, así como sus escarpados y agresivos picos revelan la juventud de la sierra y le dan imagen de alta montaña. La cortadura transversal del Mascarat una de las zonas más espectaculares, con más de 300 metros de hendidura vertical desgaja la sierra hasta el mar. Pero su cara oeste es abrupta, alcanzando importantes alturas.
Varios senderos discurren por los seductores horizontes de Bernia y si hay algo que en ellos no cuenta es la dificultad, ya que allí lo más importante es la belleza de su prodigiosa naturaleza. 



RUTA:
Dejamos el coche en el aparcamiento del restaurante La Cascada, situado a la izquierda de la carretera que sube a las Fuentes del Algar, justo antes del puente sobre el río Algar. 
Desde allí sale un carretil que seguimos a contracorriente del río Algar, que baja cantarín. 
Tomando en la primera bifurcación el ramal de nuestra derecha, que inicia una pronunciada subida, encontramos algunas señales blanca/amarilla de PR 46, que es el que debemos seguir. 
Pasamos por campos de nísperos y casas de campo, mientras la carretera traza algunas zetas para elevarse. Girándonos vemos a nuestras espaldas vistas al Ponoch, al Cabal, a Sanxet y, cuanto más nos elevamos, al cordal de la sierra de Aitana. 
Tomamos en una segunda bifurcación de la carretera, cuando esta empieza a llanear, la de la derecha. Dudamos que sea por aquí porque asciende hacia una colina, con tan buena suerte que viene un coche y preguntando a un señor nos dice la ruta a seguir. 

Nos toca retroceder hasta la bifurcación y tomar la dirección izquierda.
Comenzamos a ver varios invernaderos enfrente y a nuestra derecha se abren espectaculares vistas a las estribaciones más al Oeste de la sierra de Bernia, que se juntan con la sierra del Ferrer, como si de una sola montaña se tratara.



Vamos rodeados de campos vallados de naranjos, llegando al primer cruce en un collado  en el que las marcas blanca/amarilla nos conducen hacia la derecha.

Encajonamiento de las Fuentes del Algar y cordal de Aitana

Sobrepasamos un par de cruces pero continuamos rectos por el carretil asfaltado hasta llegar a un pequeño aparcamiento para 3 ó 4 vehículos. A la izquierda surge una senda/cauce seco del río Algar. Un circulo y una flecha roja nos indican que es un sendero muy concurrido, y no puede llevar a otro lado que a aproximarnos hasta el Pas dels Bandolers.
Lo tomamos y nos lleva por el cauce seco del río Algar para enseguida cruzarlo y ascender por la vertiente contraria a la que traíamos y, en un par de lazadas, encumbrarnos poco a poco sobre las vertiente Oeste de la sierra de Bernia.
El lugar es idílico, no habíamos caminado nunca por este rincón y nos subyuga. La primera parte del recorrido tiene vistas a la Sierra de Bernia y, pegada a ella, a la del Ferrer, inmensas, con sus paredes interminables.
Nos volvemos de vez en cuando para contemplar, enmarcadas entre el encajonamiento que forman las peñas de las fuentes del Algar, como surgen las peñas del Puig Campana, Ponoig, Sanxet, Cabal, el cordal de Aitana, y, más a la derecha, se ve la Peña Alta de la Aixortà, todo el valle de Tarbena y Bolulla... La pena es que las nieblas van cubriendo las cotas más altas de sus cimas.



Durante el recorrido nos aparecerá, de frente, sobre la sierra de Bernia, el Peñón de Orenga, por donde está situado el paso de los bandoleros, al que nos dirigimos. Pero, de momento, continuamos por la pista de tierra disfrutando de cada paso que damos, sobrecogidos por la belleza de la zona y por la fama del mítico Pas dels Bandolers.
La senda en una de sus lazadas da vista a las ruinas de la Casa de Pons. Altiva, alzada sobre la atalaya de la Penya Pollastre, conserva alguna puerta de hierro y paredes que dan la medida enorme de sus cuadras, huertos y habitaciones. A la derecha, un cruce que va al barranco de la Segaissa.
Continuamos rectos, el camino gira hacia la izquierda. En descenso, vemos nuestro objetivo cerca, se va haciendo cada vez más grande.
El paraje está salpicado de casas de labor en ruinas y sus huertos con muros de piedra seca donde todavía se ven almendros, algarrobos... La senda nos conduce hasta un cruce donde debemos girar a la derecha. 
Es un pequeño sendero entre vegetación y hay musgo de las recientes lluvias. Este lugar es un enclave privilegiado, protegido por la umbría de las dos sierras que aquí se unen.
Caminamos todo el trayecto resguardados del sol, con una buena temperatura. Teníamos lejos las peñas de la cara Oeste de la Sierra de Bernia y la ombría del Ferrer y ahora estamos situados a sus pies. Van tomando otra dimensión y aparecen enormes frente a nuestra insignificancia.
En el punto de diferente color, debajo de mi mano, está situada la canal del Pas dels Bandolers.
El sendero fluye al lado del cauce de un arroyo, debemos cruzarlo a la izquierda en un momento y luego retomar por la derecha.
El silencio es sobrecogedor, solo roto por los suaves cantos de los pajarillos. El sendero termina por llegar al cauce del barranco del Curt, entre exuberante vegetación, y, marcado por hitos. Nos conduce junto a una gran hendidura en la montaña, con una caída de más de 150 metros. Sin palabras.
Donde los acantilados cortan nuestro camino, aparece a la derecha un amplio canchal de piedras por el que surgen trazas de senda que conducen varios metros más arriba al paso de los bandoleros. Eso hemos leido, pero la búsqueda in situ es un poco más dificultosa.

















Recogemos los bastones y comenzamos la exigente subida, no tiene peligro, pero si que hay que tener cuidado en ir un poco separados para evitar las piedras que caen al avanzar. Es laborioso el ascenso al pisar las piedras se precipitan cuesta abajo y esto nos hace retroceder. 
La pedrera se parece a la de subida al Puig Campana, pero con un poco más de inclinación.
Primero vamos hacia la derecha de la pedrera y buscando el mejor paso vamos ascendiendo en zigzag. No vemos las marcas rojas en la pared y el GPS parece que tiene problemas para coger el satélite, ¡No me extraña, estamos tapados por los enormes paredones pétreos!
No, aquí no es, mira allá arriba se abre un pequeño canal, con una roca a la derecha, pues nada vamos a buscar. Llegados arriba vemos que las paredes cada vez son más sólidas, de una pieza. Y el GPS parece que indica que es más abajo.  
En esta imagen se ve la canal con los pinos bordeándola, nos hemos pasado de la entrada.











Pues nada, para abajo, con el esfuerzo que ha costado subir. La verdad que no me importa mucho no encontrar el paso, la ruta hasta aquí ha merecido la pena, ha sido de 5 estrellas. 
Retrocedemos fácilmente, nos dejamos resbalar entre las piedras, yendo casi de culo y nos encaminamos hacia las paredes para buscar huellas ¡Pintura roja! ¡Eureka! Me encamino a las marcas que ha encontrado Julián y sí pintura y hitos nos alzan sobre la pared que parecía tan vertical y solo es una pose de defensa. La subida es muy sencilla, agarrados con las manos vamos salvando las peñas bien protegidos hacia adentro.  Solo al llegar a un pino existe una cierta sensación de peligro, pero pegados a la pared se supera fácilmente. Tenemos vistas a una roca foradada, a la izquierda. Y hacia arriba mira una canal. Nos encantan las canales, están entre las peñas, pero protegidas de toda caída al vacío. Que bien, pero tiene su exigencia. Hay que estirar las piernas y trepar. Y el último obstáculo Julián lo pasa con esfuerzo pero vemos que retrocediendo un poco y subiendo por la izquierda cuenta con una escalera de piedra por donde es más sencillo el acceso al collado. ¡Si el collado, lo conseguimos.! 
Hemos perdido el tiempo yendo y viniendo pero lo hemos logrado, el mítico Pas dels Bandolers no es tan fiero como lo pintan. Hay que estar acostumbrado a andar por el monte, buenas botas, pero sin un día lluvioso es sencillo y rápido atravesarlo.

Pocas cosas hay tan gratificantes como conseguir hacer realidad un sendero que tenias pendiente hace tiempo. ¡Guauo!

El paisaje es impresionante. Desde aquí tenemos vistas al cordal de la sierra de Aitana, de la Aixortà....algo difuminadas entre las nieblas que van creciendo.
Hacia el Norte vemos la cara Oeste y la afilada sierra del Ferrer, el col de Rates  y la Sierra de la Carrasca. Hacia el Este, unos grandes peñones que rodean el Barranco del Curt. Hacia el Sur la Peña Orenga, inmensa.

Desde el collado bajamos por un sendero difuso que se desvía un poco a la derecha y luego hacia la izquierda, en bajada, y llega hasta una senda más pisada. Caminamos encantados pero ahora nos damos cuenta que este Barranco del Curt es más cerrado y abrupto de lo que pensábamos. Queremos ir a buscar el PR CV 7 que nos lleve hasta el Fuerte de Bernia, pero estamos en este intrincado rincón con pocas marcas. Enseguida encontramos unas flechas rojas, a la izquierda creemos que irá recto a subir el Ferrer y nos encaminamos a la derecha. Con marcas de pintura verde y roja y el GPS nos guiamos. Vamos por medio del cauce hasta que la senda comienza a alzarse y en un momento dado aparecen muchas señales rojas que nos bajan, atravesando un paso en la roca, de nuevo al cauce. En este punto pensamos que debemos cruzar y lo hacemos, pero apenas unos minutos nos bastan para ver que estamos equivocados. Vuelta hasta el cauce y por su orilla contraria enseguida hallamos hitos que nos alzan en zigzags a la colina de la izquierda.  


Las vistas a la Peña Orenga y la cabecera del barranco del Curt, con una enorme cueva debajo, son preciosas. Tiene el aspecto de que cuando llueva surgirá una fabulosa cascada.
El enclave es irrepetible, está equipado para practicar escalada. Entre piedras kársticas, matorrales, romeros, palmitos, ollagas... vamos avanzando en subida siguiendo marcas e hitos hasta llegar al collado. 


Cabecera del Barranco del Curt


El Bernia lo vemos en toda su longitud, conforme avanzamos van tomando su cumbre las nieblas, asentándose poco a poco.
Vemos perfectamente el Collado de l'Orenga o Coll de Xaló, entre la peña del Bernia y el Aspre, por donde transcurre el PR CV 7 que circunda toda la sierra de Bernia. Es nuestro punto de referencia.
Sabemos que las Casas del Bernia están delante nuestra, hacia el Este, pero no queremos ir tan lejos sino que viendo el Collado de l'Orenga,  girar hacia la derecha y dirigirnos casi rectos hacia él.
Han desaparecido los hitos y son momentos para la aventura.
Caminamos entre carrascas secas, tienen aspecto de otoño, pero son de hoja perenne así que no se si podrán sobrevivir.
Vamos buscando trazos de sendas que vayan en esa dirección, pero está complicado pues muchos de ellos son de animales y se pierden.
Caminamos entre pequeñas carrascas, matorrales y vemos a nuestro lado, en la Foia del Pí, una explotación ganadera. Hay toros. Pero está vallado. Mejor, ya que nuestro espíritu de toreros lo dejamos en San Fermín.
Nos dirigimos hacia allí para buscar un sendero que rodee la finca y haga más sencillo el camino, pero al lado del vallado no se puede pasar. Está cerrado por la maleza. Vamos como podemos rodeando la alambrada y cruzamos de nuevo el barranco del Curt sin dificultad. En este punto no tiene apenas desnivel. Por intuición, vamos hacia el collado hasta encontrar un sendero que no saca al PR CV 7 que nos llevará hasta el Fuerte de Bernia.

Como estamos cerca, decidimos ir a comer a su resguardo. Recorremos las curvas serpeantes del PR CV 7 tropezando con muchos grupos, casi todos en bajada. El día está nublándose, cambiando la cara. A nosotros nos viene de maravilla que no haga demasiada calor. Nos dirigimos de frente al Collado de l'Orenga o de Xaló y, una vez atravesado, llegamos al Fuerte del Bernia
                                




Este tramo no tiene mayor dificultad que una cuesta poco exigente pero bastante prolongada. Hacia años que no la subiamos, la última vez fue en bajada.
Una buena comida, porque a beber hemos parado muchas veces, pero a comer no. Y un rato de descanso. En este momento está cubierto el Mar Mediterráneo y la Sierra Helada y Aitana.
Y las nieblas que bajan de Bernia amenazan con taparnos.
Reemprendemos la marcha, volviendo sobre nuestros pasos, apenas unos metros.
En la zona de pinos comienza la bajada del Pr CV 48 que nos llevará a Callosa. Avanzando un poco encontramos un panel con el mapa de la ruta. 
Nos situamos enfrente del Morro del Aspre y circulamos por su falda. El camino es sencillo con lazadas continuas se descabalga de la sierra, pasamos por lo que parece un pequeño Pou.
Enseguida llegamos a un cruce. A la derecha, hacia las Fonts del Algar. Aparecen pinos carrascos que bordean nuestra senda y pasamos por el Corral del Bancal Roig. A nuestra derecha, paramos a sacar una foto y contemplar las ruinas y el paraje en el que estaba enclavada esta casa, protegida por la peña de la Campana.

La senda continúa descendiendo la loma en zigzags. Llegamos a la Cova del Bardalet. Está rodeada de una tapia de piedra y los arboles tan frondosos impiden ver el fondo.
El sol lucha por romper las nieblas y poco a poco parece que se comienza a ver de nuevo las sierras, los valles y el mar.





Continuamos por la senda del PR hasta llegar a una zona llana. Aquí viramos a la derecha. Hay un señor aparcado con unos perros y por error nos dirigimos rectos para llegar a una pista cementada Tendríamos que haber girado a la izquierda para continuar por el Pr. Pero esta pista igualmente transita entre invernaderos a rebosar de nísperos en flor, y abejas que pululan entre ellos polinizando las flores, lo cual nos hace apresurar la marcha. No nos gusta que pasen tan cerca nuestra y tantas.

Este carretil nos baja hasta la entrada en el paraje de las Fuentes del Algar,  un poco más adelante que la senda oficial.
Salimos a la calle principal, a nuestra izquierda esta el panel con el mapa del PR CV 48 y viramos a la derecha para llegar rectos hasta el coche.
Magnífica ruta. Cuando parece que conocemos todos los entresijos de las sierras de Alicante nos tropezamos con un rincón desconocido para nosotros. Es enriquecedor y nos da una gran satisfacción encontrar parajes tan montañeros, sin falta de ir a los soñados Pirineos.
Bolulla  detrás del encajonamiento del río Algar.

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