Machado

"Caminante, son tus huellas el camino y nada más; Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace el camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante no hay camino sino estelas en la mar". Machado.

jueves, 7 de abril de 2016

SALINAS DE ORO AL ESPARATZ (1.019 m.)

EN EL CENTRO DE NAVARRA

FICHA TÉCNICA-
Día: 07/04/2016
Participantes: Chus, Nieves, Julián y Lourdes.
Tiempo estimado: 4 horas.
Distancia: 11 km.
Dificultad: Media.
Como llegar: Tomaremos la A-12 en dirección hacia Pamplona y nos desviaremos en la salida que lleva al valle de Yerri. Está señalizado un poco después de pasar Estella. Una vez tomada esta salida, avanzaremos hasta Arizala, donde tomaremos la carretera NA-700 que nos llevara hasta Salinas de Oro o Jaitz. 
Wikilochttp://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=12927624

ITINERARIO:
Salinas de Oro - Fuente y Lavadero - Camino de Xaizpea - Puente románico - Camino de Arizdia - Cascada y pozas del río Salado - Camino de Monte de Oro - Ermita de San Jerónimo - Gruta de Lourdes - Ermita de San Jerónimo - Collado de Peña Grande - Esparatz -Camino de Ollakarizketa - Collado de Txarakardia/El Chaparral/Ollakarizketa/GR 220 - Camino de la Peña Grande - La Mina - Barranco de la regata de Aranzelai  - Rincón de Mendartea -  Puente románico - Camino de Xaizpea - Salinas de Oro - Iglesia de San Miguel- Fuente y Lavadero.


Salinas de Oro limita al Norte con el valle de Goñi, al Este con el valle de Guesálaz (Izurzu y Muniáin), al Sureste con el valle de Echauri (Vidaurreta) y por el Sur con el valle de Mañeru (Guirguillano).

El monte Esparatz (1.019 metros de altitud) hace de divisoria entre los valles de Guesalaz y Echauri. Es una cima conectada con la Sierra de Sarbil, constituyendo un ramal que se alarga hacia el Sur, en paralelo al río Arga. Eclipsado por el llamado Cabezón de Echauri o Sarbil (1.138 metros ), el Esparatz cuenta con vistas tan buenas que justifican por si solas su visita.
El Esparatz es una atalaya inmejorable al Norte de las sierras de Urbasa y Andia, al Este de toda la cuenca de Pamplona, e incluso en días claros se ven hasta los Pirineos a tiro piedra, al Oeste sierra de Lóquiz, Montejurra, Monjardin, Tierra Estella



RUTA:


Salimos de Salinas de Oro, del antiguo lavadero situado junto a la carretera. Cuando veniamos por la NA-700, de Estella a Pamplona, hemos observado la cara Oeste de la sierra de Esparatz, Peña Grande y en su ladera la ermita de San Jerónimo que es por donde vamos a ascender a su cumbre.
Desde el pueblo podemos observar de frente Peña Grande, a la derecha, y la Chiquita, a la izquierda. Ambas son visibles por sus cimas rocosas.
Partimos por el arcén de la NA-700 hacia Estella. Casi a la salida del pueblo, antes de llegar a la curva, tomamos hacia la izquierda, en dirección Sur, por una pista asfaltada. Es el Camino de Xaizpea. Este desciende rodeado de huertas, suavemente, buscando al fondo la regata del río Salado.


Nos acompañan los arbustos de arañones que lucen un blanco resplandeciente. Están muy florecidos.
Desaparece la brea y transitamos por un camino de tierra.
Llegamos hasta un pequeño puente de piedra románico, de un solo ojo, sobre el río Salado. Ha sido recientemente restaurado. Lo cruzamos y giramos a la derecha.
En esta época de abundantes lluvias, lleva bastante caudal con aguas cristalinas, que al batirse con las rocas produce abundante espuma blanquecina, característica de la salinidad de estas aguas.

Debemos abrir una cancela y traspasarla.
La dejamos como la encontramos cerrada.
Seguidamente vamos rectos,  el arbolado varía, de los ejemplares de encina, arañón, romeros, cambiamos a un precioso bosque de robles. Desnudos, retorcidos, hermosos.
Todavía es pronto para que broten las hojas, el tiempo no ayuda, estamos cerca de los 6º. Mas en invierno que en primavera.
Por el Camino de Arizdia disfrutamos de cada paso, de cada recodo de la senda, embelesados con cada ejemplar de roble que hallamos por los laterales
Por una senda indefinida, siguiendo las directrices del GPS, descendemos en zigzag para acercarnos hasta una cascada y unas pozas de agua limpisima. No sabemos si en verano llevará agua, es el río Salado sobre el que están construidas unas antiguas salinas.
Vemos varias paredes de piedra.




Son vestigios de la antigua presa molinar que se encuentra en el río salado, y perteneció al antiguo molino de Muniavía, que fue donado en 1141 por el rey García el Restaurador, al obispo de Pamplona, cuyas ruinas se pueden ver a pocos metros. La presa fue reedificada nuevamente en 1813 ante una crecida de aguas que se llevó la anterior.
Regresamos sobre nuestros pasos y buscamos la subida. Está difuso el inicio pero una vez que comenzamos a caminar descubrimos un ancestral sendero que transcurre entre un robledal. Un cruce a la derecha nos saca el camino principal para caminar por una senda.
San Jerónimo de Oro, construcción románica del siglo XI, que fue antigua parroquia del pueblo de Oro. Esta ermita es de devoción comarcal, y fue famosa por conservar en su interior la piedra con la que el santo hería sus pechos en el desierto, y que se llevaba en postulación por los pueblos de Navarra.
El conjunto, recien restaurado, conserva la sacristía, la casa del ermitaño y un atrio murado y empedrado, y se encuentra en un precioso robledal pero con unos ejemplares más jovenes.
Junto a la basílica de San Jerónimo de Oro y bajo los cortados la peña Grande, sale una senda que nos conduce hasta una pequeña gruta, antigua morada de los ermitaños, que a principios del siglo pasado se erigió como ermita de la Virgen de Lourdes. Es conocida por los vecinos en especial por la frescura que emana de su interior.
Una verja nos impide la entrada en la pequeña cueva, en donde se observa un pequeño altar presidido por un busto de la Virgen de Lourdes.
Una vez realizada la visita debemos regresar hasta la ermita de San Jerónimo. En este punto intentamos iniciar la subida desde la parte delantera, pero están talando arboles y está cerrado el acceso. Nos dirigimos a la trasera y surge un sendero borroso que se abre detrás de la ermita en dirección Sureste, por debajo de Peña Grande.


Este va ascendiendo por el bosque de encinas y robles, con vegetación de musgos, hiedras y líquenes que se nutren del matorral mediterráneo y de la eterna llovizna.

El final de la senda nos lleva hasta una verja, el collado de Peña Grande, encrucijada en la que podemos iniciar el ascenso al Esparatz.  O hacia la izquierda dirigirnos a subir Peña Grande (942 m.), lo dejamos para más tarde si el tiempo mejora. Sobre la peña Grande se encuentran los restos del antiguo Castillo de Oro, lugar de difícil acceso salvo por su cara este, pero de hermosas vistas.
Aparece Peña Chiquita (883m.) con el monte Ollakarizqueta (987m.) detrás de ella. Rectos nos situaríamos por el Camino del Esparatz en el punto de conexión con el GR 220, por donde regresaremos de la cumbre.

Nosotros cruzamos la puerta metálica, pero vemos que nos hemos equivocado y regresamos. Tomando hacia la derecha el sendero cimero que remonta el cordal natural de Esparatz, paralelo a una alambrada y a un inmenso pinar. El pinar de repoblación con la invasión de la procesionaria ha sufrido un gran deterioro, que afea el paisaje.
Vemos a nuestra derecha el embalse de Alloz y el valle de Guesalaz al completo. Destacan Montejurra y Monjardin entre las neblinas, la sierra de Lóquiz no se ve. El día sigue encapotado.
Atravesando la parte superior del pinar, bojedal... llegamos a zona despejada desde donde alcanzaremos el vértice geodésico y buzón de la cumbre de Esparatz (1019 m.).
Las vistas desde esta cima son magníficas se divisa la Cuenca de Pamplona y Tierra Estella. 

Hacia el Suroeste las poblaciones del Valle de Guesalaz en primer término y algo más alejadas las del Valle de Yerri, y en medio de los dos valles, el embalse de Alloz, totalmente lleno durante este invierno particularmente lluvioso. 
Es una cumbre amplia, herbosa con afloración rocosa que forma un pequeño promontorio en el cual se sitúan el vértice geodésico y los buzones del GM Boscos y el de San Fermín Ikastola. Como hemos dicho las panorámicas de las que goza la cima son enormes, preciosas, amplias... destacando la vista de la Cuenca de Pamplona, de Lóquiz, Andia, Urbasa y en días claros hemos leído que se ven los nevados Pirineos comenzando por la izquierda con el solitario Ori, y siguiendo con Auñamendi, Mesa Tres Reyes....

Decidimos almorzar en este lugar antes de que nos sorprenda la amenazante tormenta.

Se acerca por el Oeste y el Norte unas nubes oscuras que nos ha tapado las vistas de los montes de los alrededores.

Hacia el Norte casí podemos tocar con las manos Peña Grande y también vemos los nubarrones que van invadiendo el valle.
Comemos tranquilamente unos deliciosos bocatas de chorizo, el postre y en marcha.
Para descender de este hermoso monte, elegiremos seguir el cordal que nos ha llevado a la cima, tomando dirección Noreste, para ir girando al Norte.
Es una senda en suave descenso,  el boj se hace dueño de estos parajes, pero también surge alguna flor de primavera, bellas primulas se atreven a luchar contra el frio.
Al principio nos sirve de referencia una alambrada a nuestra izquierda y varios hitos.
Llegamos a una especie de mirador a todo el valle. Se ve nieve en alguna cumbre.

Y enseguida llegamos al collado de Txaracardia o de El Chaparral (842m.) punto de inflexión en nuestra ruta. Encontramos un poste señalizador de madera, por donde pasa la GR-220, también denominada "Vuelta a la Cuenca de Pamplona".
En él aparecen indicaciones hacia Eguillor, otra bifurcación hacia el municipio de Arguiñariz, una tercera hacia el pueblo de Belascoain. Estos dos lugares pertenecientes al Valle de Echauri, en la otra vertiente del macizo de Esparatz. Que podemos observar al fondo del valle.
Cuando voy a sacar una foto al valle de Echauri un curioso y presumido caballo se sitúa enmedio.
Hay una balsa, mucha hierba y varios caballos pastando.
Si dirigimos la vista a la izquierda, desde este punto de vista, parecen Peña Grande y Chiquita solo una.
Nos vamos a dirigir hacia ellas por el Camino de Esparatz y nos internaremos entre ambas.(antes lo hemos desechado cuando hemos llegado al collado de Peña Grande.)

El camino que debemos tomar va por la falda de la montaña de Esparatz y después desciende el barranco, al lado de la Peña Grande. 
Unos pocos metros por la pista enseguida nos desviamos. No está marcado el sendero que seguimos a la derecha, es un campo a través, pero con ayuda del GPS bajamos sin dificultad, es una loma herbosa en la cual predomina el boj y alguna esporádica encina.
Mirando hacia arriba nos sorprende que la ladera del Esparatz está totalmente reforestada de pinos.
Esta ruta avanza hasta pasar entre dos fantásticas peñas sumamente abruptas y escarpadas, con vertiginosas paredes calcáreas. Son la Peña Grande 943m, a la izquierda y la Peña Chiquita 850m, más rocosa, llamada también Colmillo de Esparatz,   a nuestra derecha. En este paso hay una zona de arroyos que inundan la vaguada entre ambas peñas.

Desde está óptica parece la Peña Chiquita de mayor tamaño que la Grande. Tan solo se llevan 100 metros de diferencia, pero su nombre indica cual es la de mayor altura. 
Nos situamos en la base de la Peña Grande, en el paraje de la Mina. Desde este punto podemos ascender a ella, por su cara Este, pero no nos animamos llueve, no mucho, pero intermitentemente y los consejos son no subir por que las rocas pueden resbalar. 
Continuamos por donde podemos, el suelo está inundado por efecto de un pequeño arroyo que pasa por el valle.
Caminamos bandeando hacia un lado y otro para evitar el agua.

Observamos la cima del Sarbil o Cabezón de Echauri, se distingue el vértice geodésico y sobre todo la ermita de la Santa Cruz, situada en la cima.


Vamos rodeando la Peña Grande por su pie, y va adquiriendo una forma diferente cada vez que paramos a su contemplación. Ahora que estamos alejándonos de ella hay una enorme leja de roca desgajada de la parte principal de la peña.


Y nos internamos en el bosque de encinas, bojes, helechos.... que nos impiden ver más allá de los arboles que nos protegen.
Debemos salir varias veces por el lateral del sendero para evitar los grandes charcos y barrizal que hay en él. Entre la lluvia y las pisadas de los animales se ha formado algún tramo casi intransitable por el barrizal.
Se llama el Rincón de Mendartea, entre vegetación mediterránea donde sobresalen las encinas, bojes,  y los robles.

Nos tropezamos con dos plácidas vacas que están en medio del camino. Debemos desviarnos por la derecha para evitar estresarlas. Aunque parece difícil.

Enseguida nos situamos en una repisa con vistas al regacho de Aranzelai, se ve y se oye el suave murmullo del agua.
Y llegamos a un mirador natural al río, es un rincón especialmente sombrío en el cual impera la vegetación salvaje, el sonido del agua...
















Solo nos resta cruzar un par de veces el regajo del Aranzelai y llegamos al camino de tierra en donde hemos comenzado. Traspasamos la cancela de hierro, cruzamos el puente de 1 ojo y regresamos por el Camino de  Xaizpea llegando en suave ascenso a Salinas. Subimos a la parte alta del pueblo para ver su iglesia y recorrer las calles viendo sus preciosas fachadas de piedra.


















Vamos a comer a Echauri, visitamos el señorío de Otazu, Echarri y por último desde Belascoaín nos despedimos del valle de Echauri. Desde este último pueblo vemos el Arga, el Esparatz y en los escarpados roquedos del Sarbil. Todo un redescubrimiento.



























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